FBI vs. Apple. ¿Quién tenía la razón?

Descarga el PDF
Adelaide, Australia - September 20, 2013: Entering passcode on an iPhone running iOS. iOS is the foundation of iPhone, iPad, and iPod touch. It comes with a collection of apps and useful features. The iOS 7 update features a redesigned interface and hundreds of new features.

En 1949, George Orwell publicó su libro 1984 y predijo con exactitud la guerra entre la privacidad y la seguridad. Un futuro donde la ciudadanía de Estados Unidos había sacrificado el dominio sobre sus vidas e incluso sus mentes, todo en nombre de la seguridad pública. De ahí podemos partir sobre el caso más reciente donde se buscó desbloquear un smartphone en nombre de combatir el terrorismo: ¿FBI vs Apple, quién tiene la razón?

Hace sólo unos días, Apple Inc. publicó una carta abierta a sus clientes. Es una respuesta larga y apasionada a una serie de solicitudes del FBI para que el fabricante “abriera una puerta trasera” en el cifrado que protege los iPhones de sus clientes ante una intrusión no deseada. Esta presión ha estado sucediendo desde hace algún tiempo no sólo con Apple, sino con todas las principales empresas de tecnología de consumo.

Lo que hace que este caso sea particular, es el hecho de que el iPhone en cuestión pertenecía a uno de los autores de los disparos en San Bernardino, California.

Syed Rizwan Farook dejó el iPhone atrás cuando él y su esposa, Tashfeen Malik, abrieron fuego en el Centro Regional del Interior en California. La pareja murió en el tiroteo.

Aunque “expertos” en tecnología y activistas de derechos civiles están cayendo en la fila detrás de Apple, el debate no es tan corto y sencillo como nos gustaría.

¿EL FBI TIENE DERECHO?

El agencia estadunidense afirma que la negativa de Apple para ayudar en esta investigación particular, establece un precedente peligroso, uno que puede obstaculizar de forma permanente las investigaciones oficiales sobre terrorismo y otras actividades que ponen en peligro el bienestar del público.

Es cierto que la Constitución otorga ciertas protecciones, pero salvedades y excepciones siempre han existido.

Así como argumenta el FBI, los ciudadanos estadunidenses deben renunciar a su derecho a la privacidad de vez en cuando, en interés de la seguridad nacional. Después de todo, la mayoría ya hemos renunciado a nuestro derecho a la privacidad mediante la instalación de equipos como televisores inteligentes en nuestra sala de estar, el famoso OK Google en nuestros teléfonos, Facebook inundada con información personal y muchos otros datos de seguimiento que recogen las empresas y agencias sobre nuestros hábitos de Internet.

¿Qué sentido tiene? ¿El FBI puede solicitar esto en nombre de la seguridad si ya no existe la privacidad? En otras palabras, ¿por qué hacer un alboroto acerca de la entrega de nuestras libertades si se hace por una buena causa? En este caso, la “buena causa” es la seguridad nacional.

Aunque muchos no compartimos este argumento, los estadunidenses no son ajenos a la violación de la privacidad, y están mejorando todo el tiempo en protegerse de este tipo de intrusiones mediante la compra de algunos teléfonos, la instalación de ciertos complementos y la construcción o la suscripción de redes privadas virtuales (VPN). De hecho pocos son los que se encogen de brazos y dejan que se viole su privacidad.

¿APPLE TIENE LA RAZÓN?

La Constitución de EU garantiza en términos muy claros que los ciudadanos están libres de la “búsqueda e incautación irrazonable”. A pesar de que Syed Rizwan Farook está muerto y ya no hay una necesidad particular para salvaguadar sus garantías y derechos civiles, que el gobierno o una de sus agencias tenga una “llave maestra” para descifrar la seguridad del equipo, podría conllevar a que millones de teléfonos de otros ciudadanos respetuosos de la ley, queden susceptibles a la intrusión en sus vidas digitales.

La Patriot Act, junto con sus contrapartes modernas (y mucho más preocupantes) como CISA, CISPA y PCNA, se guían con entusiasmo en el Congreso por el exceso en una supuesta seguridad. Los proyectos de ley otorgan amplios poderes sin precedentes para que el gobierno federal pueda recoger y almacenar información personal de todos los ciudadanos estadunidenses.

Apple tiene el respaldo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), la Electronic Frontier Foundation (EFF) y Amnistía Internacional, quienes han trazado una línea en la arena en nombre de la privacidad y seguridad de sus clientes.

La Constitución no permite al gobierno obligar a las empresas para introducirse en sus dispositivos que van a parar a manos de sus clientes. Apple es libre de ofrecer un teléfono que almacene información de forma segura, y conviene que siga siendo así, pues es sólo el usuario quien debe tener el control sobre sus datos privados.

Más preocupante es el argumento de Apple de que, si se concede el acceso sólo a este iPhone, sería como darle al gobierno una “llave maestra” que pondría a millones de estadounidenses en riesgo de sufrir abusos en vez de ser protegidos.

No necesitamos más argumentos contra la extralimitación del FBI, pues el ex contratista de la CIA, Edward Snowden, ha mostrado que el FBI y la NSA están creando un mundo donde los ciudadanos ya no confían y defienden sus derechos.

Esta es una muestra de seguridad en la que deben incurrir las empresas para proteger los datos de sus clientes, y se debe entender que entregar su información privada es entregar su vida digital, aun así sea una empresa.